Era evidente que el derbi entre Real Madrid y Atlético de Madrid, celebrado en el Santiago Bernabéu, iba a encenderse con una jugada destacada. Esto se sumaba a la semana tensa marcada por las quejas del equipo blanco sobre los incidentes en Cornellà frente al Espanyol, y las respuestas irónicas del Atlético sobre la presión ejercida por los madridistas.
El partido empezó de manera polémica cuando, en el minuto 32, el Atlético avanzó por su flanco izquierdo. Javi Galán realizó un centro al área, buscando a un rematador. Aurelien Tchouameni pisó a Samu Lino dentro del área, pero al principio, la acción no fue muy notada.
A pesar de que el juego continuaba, el árbitro Soto Grado recibió una notificación desde el VAR. Mientras el jugador brasileño del Atlético se quejaba en el césped, el árbitro revisaba las imágenes ante la atenta mirada de Simeone y Ancelotti, y no tardó en señalar el penalti. El estadio Bernabéu estalló en protestas: “¡Corrupción, en la Federación!”, se pudo escuchar en varias ocasiones. Julián se acercó a la marca de penalti y ejecutó su tiro con una sorprendente calma. Optó por un estilo ‘Panenka’, mientras Courtois se lanzaba a uno de los lados. Este fue el gol número 17 para el delantero argentino, que ya tenía experiencia marcando ante el Real Madrid, habiendo anotado previamente con el Manchester City en una abultada victoria (4-0) hace un par de temporadas. Al acercarse al vestuario, Javi Galán, el encargado del centro que dejó en penalti, afirmó que para él la decisión era correcta. “Si el VAR lo dice, es penalti,” señaló.
“Se c’è fallo di piede, si tratta di un rigore”, ha osservato l’estremeno.