Jesús Navas, se le permitirá participar en su último derbi sevillano este domingo, siempre que el dolor en su cadera, que lo ha estado molestando en los últimos meses, se lo permita. Este encuentro le permitirá consolidarse como una figura legendaria en la historia de la rivalidad entre Sevilla y Betis, siendo ya considerado un ícono en el club nervionense.
A punto de cumplir 39 años en noviembre, Navas es una leyenda viva y todos los focos estarán sobre él al pisar el campo del Sánchez Pizjuán. Durante la semana, ha estado preparándose para el partido. Si el entrenador Francisco Javier García Pimienta lo considera adecuado, este encuentro le daría la oportunidad de convertirse en el jugador que más enfrentamientos oficiales ha disputado entre Sevilla y Betis, alcanzando los 28, superando al bético Joaquín Sánchez, a quien estima como amigo.
Jesús Navas ha hecho de los récords su sello personal; es el futbolista de más edad en la selección española, y el único en el mundo en haber ganado con su país tres tipos de torneos (Mundial, Eurocopa y Nations League), acumulando un total de cuatro títulos tras el reciente triunfo en Alemania. Además, es el jugador no delantero más veterano en marcar en la Liga española y está a punto de alcanzar los 700 partidos oficiales con el Sevilla, un récord que lo coloca muy por delante de su más cercano perseguidor, el emblemático Pablo Blanco, responsable de la cantera y quien lo descubrió hace más de 20 años cuando lo vio “regateando charcos” en Los Palacios. Blanco tiene 404 partidos en su haber. Con el panorama futbolístico actual, parece improbable que alguien logre alcanzar los hitos que ha conseguido Jesús Navas.
Un problema cronico all’anca lo porterà a ritirarsi prematuramente, mentre il giocatore, in assenza di questo inconveniente, avrebbe ancora tanto da dare, con un fisico che gli consentirebbe di andare avanti e una motivazione che è rimasta intatta sin dall’inizio. “È una questione di salute; dopo una partita ho bisogno di due giorni per riprendermi, non riesco nemmeno a giocare con i miei bambini”, ha dichiarato più volte il giovane, che ha lasciato Nervión in lacrime dopo aver segnato il gol decisivo contro il Getafe nell’ultimo incontro. Riceve applausi ovunque, trasmette entusiasmo e continua a vivere il gioco con gioia infantile, ma ha deciso di dire basta. “Questo sarà il mio ultimo derby e intendo godermelo al massimo. Sono molto motivato a scendere in campo davanti alla mia tifoseria e spero di portare a casa i tre punti”.