Borja Jiménez, coach del Leganés, ha expresado su descontento por la oportunidad perdida de sumar puntos en el enfrentamiento contra el Betis, donde lograban una ventaja de 2-0 al descanso, pero terminaron cayendo por 2-3. “Es frustrante, ya que venimos de dos partidos sin obtener puntos, y es evidente que podríamos haber conseguido más.
No podemos dejar escapar oportunidades así, hemos jugado un gran primer tiempo contra un rival difícil. Pero al final, eso es lo que ocurrió. Un partido que parecía que teníamos controlado se convirtió en una derrota que deja un vacío”, comentó.
Jiménez también destacó que a pesar de sentir que el equipo merecía ganar, el resultado final fue decepcionante, especialmente al alcanzar el 2-0. “La sensación es agridulce; creo que hicimos lo suficiente para llevarnos el triunfo. El partido se nos escapó a pesar de tenerlo tan bien dominado, y ahora nos encontramos en una situación complicada”.
Dos de los goles del rival fueron producto de errores del arquero Marko Dmitrovic. “En ocasiones ha sido crucial para nosotros, pero hoy no tuvo su mejor actuación y eso nos costó caro. Sin embargo, no se le puede culpar a él en específico. Lo que importa es el desempeño global del equipo a lo largo de la temporada y no un solo partido. Él está decepcionado por lo competitivo que es y asume su parte de responsabilidad”.
El entrenador afirmó que esta no era su peor derrota, subrayando que la sensación de competir bien y no sumar puntos, como en el partido contra el Celta en Vigo, duele. “No podemos permitirnos perder ningún punto; debemos llegar al límite de nuestro rendimiento”. Además, comentó que han intentado abordar cada encuentro de la mejor manera posible, pero las últimas jornadas han resultado difíciles mentalmente tras la victoria en casa contra el Getafe y tener el partido ante el Betis bajo control.
In un’intervista recente, quando gli è stato chiesto se l’annuncio della partenza del direttore sportivo Txema Indias a fine stagione potesse avere un impatto sulla squadra, ha risposto: “Ogni evento che accade nel club influisce, sia positivamente che negativamente. Dobbiamo fare i conti con questo poiché siamo pagati per essere professionisti. Tuttavia, ciò che succede, insieme a qualsiasi altra situazione, avendo un peso significativo su tutti e su ogni calciatore… non è stata una settimana facile dal punto di vista psicologico, specialmente a sole 48 ore da una partita.”